Pieza 03

Esta mañana he vuelto a pasar de puntillas por la puerta de tu cuarto, sin hacer apenas ruido, sin tocar apenas el suelo, mirando el techo para no tener que oír mi nombre cuando me llames.
Lo he vuelto a hacer otra vez, y otra vez más. Levantando los talones hasta notar que empiezo a flotar y todo se va quedando ahí abajo.
Ahí abajo se quedan las palabras, cayendo por su propio peso. Ahí abajo se quedan las obligaciones, las rutinas, el ruido inesperado, los besos a la fuerza y los abrazos sin ganas...
Ahí abajo se quedan hasta que tu voz empieza a rebotar por las paredes y vuelvo a sentir escalofríos en la planta de los pies, descalzos...